¿Sabes la posición relativa de la tierra con otros objetos de allá afuera?
“Ese punto azul pálido” del que hablaba Carl Sagan, invisible desde muchos puntos de vista, escondido en la inmensidad del cosmos, difícil de ver por cualquier raza alienígena inalcanzable para exploradores extraterrestres, ninguna nave podría ir hacia nosotros, a no ser que pudiera ir más deprisa que la propia expansión del universo.
Estamos solos, y no parece que la cosa vaya a cambiar por mucho tiempo, mucho… mucho… tiempo.
A veces, cometemos el error de enseñar en clases con gráficos que no son realistas, por ejemplo, la distancia de la luna y la tierra siempre se representan muy cerca –digamos que para que quepa en la lámina- pero la realidad es que la distancia es descomunal, se podría incluso poner los demás planetas en línea recta entre la luna y la tierra. Eso también te dará una idea de que tan pequeños somos, ya que nuestros planetas vecinos son inmensos.
Pasa un poco como cuando ponemos a las Islas Canarias pegadas a España en un cuadrito, siempre alguno de clase pensaba que estaban “relativamente” cerca de la península y sin embargo están bastante lejos.
Menos mal que tenemos la imaginación para salir de esta “cárcel” para algunos y de este “hogar” para otros. Estamos aislados en el cosmos, a una orilla de la galaxia, somos el barrio estelar al que nadie quiere ir, ese barrio que pasa desapercibido en la gran ciudad.
Nos va a costar mucho poder viajar a otros lugares, parece que avanzamos en la tecnología pero, tal como lo veo yo, los avances solo nos permitirán mandar micro naves a altas velocidades o simplemente replicas sintéticas de nosotros mismos, manipulados por realidad virtual, los humanos no estamos hechos para recorrer el cosmos.
Pero somos humanos, y si algo nos diferencia como especie es nuestra terquedad y persistencia, tampoco estábamos hechos para estar bajo el agua, ni para volar.
Seguiremos soñando, seguiremos imaginando.
Gracias Carl Sagan
