El 8 M

Ya sé que ya pasó el 8 de marzo o 8 M, que manía de simplificar las fechas ahora, pero quería hablar un poco de ello, “esperando que no me pase nada” ya que últimamente la sociedad se ha vuelto “hipersensible” a muchos temas con una orbe en las redes sociales que se mueve y engulle todo a su paso, sin sentido ni crítica pausada, sin juicio previo dictaminando sentencias al más puro estilo de Dredd….

…vale… hoy venía cargadito el café.

 

No hay que confundir la Igualdad con la Equidad.

 

La Igualdad es tratar a todo el mundo de forma igual, sin reconocer las diferencias; “huy madre mía decir diferencias…

Decía lo de las diferencias porque claro, decir que somos diferentes, hombres y mujeres, puede mandar a la hoguera a los hombres. Mujeres, no hagan lo mismo que les hacían a ustedes los hombres cuando pensaban que eran brujas. Todos somos diferentes.



Pensar que somos iguales es pensar que somos hermafroditas.

 

Reconozcamos pues, que somos diferentes… otra cosa… otra cosa es que hombres y mujeres puedan hacer un mismo trabajo, claro pero es lo mismo que hombres, mujeres, jóvenes o adultos, negros, blancos, chinos, alemanes, pueden hacer un mismo trabajo… vaya, hay robots que también pueden hacer el mismo trabajo.

 

La igualdad, esa gran sobrevalorada.

Les voy a poner un ejemplo fácil de entender. ¿Han visto esos autobuses que se “agachan” y sale una rampita cuando va a subir alguien en silla de ruedas? ¿Sí? Vale, pues igualdad sería que todos subiéramos en rampa o que todos subiéramos por las escaleras. Eso suena muy cruel ¿Verdad? Es por ello que la “igualdad” no siempre funciona.

Y para colmo, las palabras que usamos nos confunden mucho más.

 

Machismo: Prepotencia de los varones respecto de las mujeres.


Feminismo: Doctrina social que busca conceder capacidad y derechos reservados antes a los hombres.


Hembrismo: Prepotencia de las mujeres respecto a los varones.

 
Es decir: el hembrismo es lo contrario al machismo, mientras que el feminismo quiere la igualdad entre hombres y mujeres y que los dos tengan los mismos derechos y oportunidades.

Menudo lio que tienen los diccionarios, a ver si alguien me lo puede aclarar. Busco antónimo de feminismo y me sale machismo, pero si busco el antónimo de machismo me sale hembrismo ¿? Y a todo esto, ¿entones si feminismo que deriva de fémina es conseguir la igualdad entre mujeres y hombres, sirve entonces la palabra para definir la igualdad a hombres y mujeres? ¿O eso sería hombrerismo? Madre miaaa creo que eso no existe, ahora el diccionario reconoce feminazi, entonces ¿hay hombrenacis? La RAE no tiene que meter todas las palabras y quizás debiera soltar algunas.

 

No te digo lo loco que se ha puesto mi corrector ortográfico, jaja. “Omitir, omitir, omitir”

 

No te preocupes si te cuesta entenderlo, de todas maneras todo acaba por usarse con tintes políticos o de publicidad al final detrás están los de siempre robándote mientras no miras… puro cliché 😀

 

Las empresas deberían buscar empleados que se adecuen a lo  que necesitan sin valorar el sexo o raza, más no entiendo que el gobierno obligue a empresas de cierto tamaño a cubrir unas plazas mínimas de mujeres, eso es discriminación hacia el hombre. No vas a llenar de mujeres o de hombres una empresa si no saben hacer su trabajo, lo llenaras de gente competente en el campo que necesites, si salen más hombres o mujeres, o más humanos que aliens, es lo de menos.

 

La equidad es tratar a las personas diferentes en forma diferente, de acuerdo a su condición y su momento, más que por las reglas rigurosas de la justicia o por el texto terminante de la ley.

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2 comentarios sobre “El 8 M

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